Con información de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural

La jícama es originaria de México, el suculento “tesoro” se encuentra debajo de la tierra, y es el tubérculo que forma la raíz. Por su apariencia y origen, también se le conoce como nabo mexicano.

Gobierno de México

La jícama es una leguminosa, que se caracteriza por su bajo contenido calórico, su aporte de vitamina C y minerales, principalmente potasio, hierro, calcio y magnesio. Además, presenta alto contenido de carbohidratos; 100 g contienen 87% de agua, 1.3 g de proteína, 9.9 g de carbohidratos y 39.9 calorías. (SIAP, 2018)

Su raíz es la única parte de esta planta comestible, y es consumida como una fruta o verdura, es un producto de temporada todo el año, pero su mejor momento es de diciembre a junio en el hemisferio norte. Las plantas crecen mejor en climas cálidos-secos, en el verano producen los más sabrosos, aunque por lo general son algo más pequeños.

La jícama se consume pelada, tanto cruda como cocida. Por ello, es importante lavar la cáscara antes de pelarla, así protegemos la pulpa de cualquier contaminación. Las jícamas más grandes tienen una textura más gruesa y su ligero sabor dulce será menor.

La jícama combina muy bien con verduras y frutas, como naranjas, manzanas, zanahorias y cebollas, al igual con carnes y mariscos y también es una excelente opción de botana saludable, con limón y chile, o como se desee. En México, durante las posadas navideñas podemos encontrar la jícama dentro de las típicas piñatas.

Tips de conservación: Se recomienda almacenarla en un lugar frío y obscuro (que no sea el refrigerador) hasta por 2 semanas cuando aún no ha sido rebanada.