Fotografías: Gloria Sánchez para Nayarit Enamora

La capital del estado Nayarita, en el occidente de México, es un lugar mágico rodeado de cerros, cultura e historia. Una ciudad colonial que se caracteriza por la calidez de su gente, lo rico de su gastronomía y la variedad de destinos turísticos cercanos tiene garantizado el enamorarte.

Te contaremos acerca de 7 lugares que puedes visitar en Tepic para conocer su historia a fondo, y sorprenderte tanto con paisajes así como con sus edificios históricos. ¡Acompañanos a conocerlos!

1. La Catedral de Tepic

Se encuentra en frente a la Plaza Principal y es quizá uno de los iconos más reconocidos de la capital, sólo por detrás de la silueta del volcán Sangangüey. Está construída en el lugar donde se construyó el antiguo templo parroquial, todavía intacto en el siglo XVII.

Esta catedral se considera como uno de los más importantes edificios al albergar en ella el símbolo religioso de la ciudad. Con su portada de estilo neogótico, sorprende a muchos su atractiva arquitectura y es el fondo perfecto para tu foto del recuerdo.

2. Bellavista

Bellavista es un pequeño pueblo ubicado al norte de Tepic, aproximadamente a 10 minutos de distancia del Centro Histórico. Alberga en su calle y entrada principal la Ex-Fábrica Textil del mismo nombre, escenario de la primera huelga obrera de México.

Su arquitectura la convierte en un monumento surgido en el siglo XIX, y muchos de los habitantes de este lugar afirman que entre sus paredes y pasillos viven leyendas de épocas que hace mucho ya pasaron.

3. La Cruz de Zacate

Un ex-convento se ubica al sur del Centro Histórico de Tepic, en lo alto de una colina que hoy puedes ubicar preguntando por el «Nodo Vial La Cruz». Se fundó en 1540 por los Franciscanos, y la sobriedad arquitectónica de su construcción es su más grande fuerte.

Al interior de la Parroquia del mismo nombre, se encuentra una misteriosa e increíble cruz de zacate, literalmente una forma en el pasto que conserva la susodicha forma sin importar la época del año.

4. El Pichón

Un pueblito pintoresco se esconde entre los cerros de la autopista Tepic – Mazatlan. El Pichón está a 8 kilómetros de la ciudad de Tepic, y en él se encuentra el Santuario de la Virgen de Guadalupe, un lugar venerado por miles y miles de fieles que los días 12 de cada mes visitan la parroquia para venerar a la virgen.

Los días 12 de diciembre es tradición iniciar una peregrinación desde Tepic, e incluso otras partes del estado y el país, hacia este pueblo, algunas personas incluso realizan este recorrido de rodillas o cargando una cruz.

5. Parque «La Loma»

Fuente de muchos recuerdos gratos para todos los Tepicenses, el Parque Esteban Baca Calderón, mejor conocido como «La Loma», es un lugar ideal para pasar un buen rato en familia. Aquí los niños pueden correr, patinar, pintar en yeso, pasear en bicicleta o subirse al mítico y tradición trenecito, el cual recorre todo el parque pasando por túneles, puentes y pequeños valles.

La Concha Acústica, en el lado norte del parque, es un escenario perfecto para eventos culturales y musicales, y tiene como vecinas las canchas de tenis, básquetbol, un gimnasio, alberca y lienzo charro.

6. Las Ruinas de Jauja

Muy cerca de una colonia muy popular, la Mololoa, y pasando a un lado del río del mismo nombre se encuentran estas ruinas. Se trata de restos de una fábrica textil construida en el siglo XIX por la empresa británica Barrón & Forbes, inaugurada en 1838.

Hace ya más de 70 años, en 1947, la fábrica de Jauja sufrió un incendio, que significó el fin de una de las fuentes económicas y de inversión extranjeras más importantes del occidente mexicano, para convertirse en una atracción turística.

7. El Cerro de San Juan

Se encuentra enclavado dentro de un sistema montañoso complejo: la Sierra de San Juan, y lo que pocos saben es que se trata de un volcán que se eleva hasta en 2,240 metros sobre el nivel del mar, protegido como un área de Reserva Ecológica.

Es un lugar ideal para ejercitarse y disfrutar de la maravillosa naturaleza, diario acuden personas a respirar el aire puro y fresco. Representa un ícono de la ciudad y una tradición subir hasta su explanada o mejor conocida como batea.